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Anacondas,
de Nerida Tyson-Chew
Varèse Sarabande
El uso de instrumentos asiáticos hace que lo que podía haberse quedado en una simple banda sonora más de misterio, se vea reforzada gracias al uso de estos, consiguiendo una areola enigmática que llega a ser en momentos terrorífica. El uso de la percusión, y en ciertos momentos de las cuerdas, refuerzan ese aire misterioso. Una composición apocalíptica con pasajes efectistas muy efectivos y que nos dejan una sensación de persecución, la que sufren los protagonistas. Gracias a los instrumentos asiáticos, como indico al principio, no solo se recrea una atmósfera idónea mística y tribal, sino también momentos tranquilos que son lo mejor de la partitura. En conjunto, una obra digna y muy por encima del filme que arropa.