Repite David Arnold en las labores de compositor para la nueva entrega de James Bond tras su debut en El mañana nunca muere. Como él mismo dijo: “No podría hacer nada que John Barry no pudiera hacer, pero lo haría diez veces más grande”, y sin duda este magnifico compositor ha rescatado el sabor autentico de los clásicos de la saga Bond. El frío y el calor, son los temas que preocupan a esta entrega del afamado espía británico y Arnold no solo les da el toque justo para cada ocasión, también se ha atrevido con nuevos ritmos más frescos para renovar así la mortecina melodía en la que, desde antes de que él llegase, se había convertido. Este disco nos incluye, como no, la ya clásica canción de los títulos de crédito del principio, que en esta ocasión ha recaído en Madonna (compuesto por ella y la cual también tiene un pequeño papel en el filme) y que ha dado un giro de 180 grados a las melodías de Bond (aunque no haya sido la única que lo haya realizado en estas veinte películas). Como ingrediente adicional la versión de Paul Oakenfold del tema principal y las pistas multimedia que contiene el CD. Vamos que no tiene desperdicio.