Año: 2011. País:
USA. Estreno: 13-05-2011. Género:
Thriller. Duración: 118 m. T. original:
The Lincoln lawyer. Dirección: Brad
Furman. Intérpretes: Matthew
McConaughey (Mick Haller), Marisa Tomei (Maggie McPherson), Ryan Phillippe
(Louis Roulet), William H. Macy (Frank Levin), Josh Lucas (Ted Minton),
John Leguizamo (Val Valenzuela), Michael Peña (Jesus Martinez). Guión:
John Romano. Fotografía: Lukas
Ettlin. Música: Cliff Martinez. Montaje:
Jeff McEvoy. Producción: Lionsgate,
Lakeshore Entertainment. Distribuidora:
Aurum.
Sinopsis
Michael "Mick" Haller es un abogado criminalista de Los
Ángeles, carismático y con mucha labia, que utiliza un sedán Lincoln
Continental a modo de despacho. Tras pasar la mayor parte de su carrera
defendiendo a criminales de baja estofa, Mick se encuentra de improviso con
el caso de su vida: defender a un "playboy" ricachón de Beverly Hills, acusado de intento de asesinato. Sin embargo, lo que en un
primer momento parece un caso sencillo que le reportará un importante
beneficio económico, no tardará en convertirse en un mortífero
enfrentamiento entre dos maestros de la manipulación, que comportará una
crisis de conciencia para Haller.
Dirección
Dirige Brad Furman (Filadelfia)
tras The take (2007). Furman cursó estudios gracias a una Beca Fundadores en
la Escuela Tisch de la Universidad de Nueva York. El corto con el que Furman
debutó en la dirección, Fast Forward (2002), recibió una buena
acogida por parte de la crítica y pasó por más de 25 festivales de cine
nacionales. Su segundo corto, The Stranger (2003), que él
mismo dirigió, produjo y coescribió, además de contar con Steve Guttenberg
como protagonista, se estrenó en el Festival de Cine de Hollywood y fue el
único corto elegido para proyectarse junto a largometrajes. Unbroken
(2003), el
anuncio de servicio público de Furman para la Rape Abuse Incest National
Network protagonizado por Rachel Bilson, fue aceptado por el Festival de
Cine Director’s Cut de Universal Studios/MVPA. Este apasionante y fascinante
corto sirvió a Furman para ser elegido como uno de los mejores directores de
2004 por el jurado de Universal Studios/MVPA. Furman también dirigió a 50
Cent y G-Unit en un cortometraje para su aparición en el equivalente
británico a los premios Grammy, los Brits. Además de su variado repertorio
cinematográfico, Furman ha logrado también labrarse una importante
reputación en la industria musical. Ha dirigido, escrito y producido el
alabado documental Buried Alive in the Blues, que contaba con la presencia
de BB King, Buddy Guy, Sam Lay y otras grandes figuras del "blues", y fue
distribuido por Bayside Entertainment. Furman también ha dirigido gran
cantidad de vídeos musicales para grupos tan distintos como Parachute,
Spitfiya, el grupo de rap
Styles of Beyond, protegidos de Linkin Park, Mr. North, The Marie Sisters,
Knock-Turn’al, protegido del Dr. Dre, y Zed, de Nueva Zelanda. Furman
también coprodujo el tema California Hustla, junto a Damon Elliott
(productor de Pink, Mya y Gwen Stefani), con voz de Dionne Warwick y Ya Boy.
Referencias
Se basa en la novela de Michael Connelly,
quien concibió
inicialmente la historia mientras hablaba con un fan que estaba sentado
junto a él en un partido de béisbol de los Dodgers, en Los Ángeles. "Era
abogado, se me ocurrió preguntarle dónde tenía su bufete y me respondió:
La verdad es que trabajo en mi coche", recuerda Connelly. "Seguí
viendo el partido y, para cuando acabó, estaba plenamente convencido, a
partir de nuestra conversación, de tener todo un libro y un personaje
que podía dar mucho de sí".
Antes siquiera de que llegara a publicarse el libro de Connelly, el
original llegó a manos de los productores cinematográficos Tom Rosenberg
y Gary Lucchesi, socios en Lakeshore Entertainment. Rosenberg y Lucchesi
se sintieron inmediatamente atraídos por la historia por motivos muy
distintos y personales. Rosenberg, que había trabajado anteriormente
como abogado defensor criminalista, se identificaba con el personaje de
Mick Haller desde un punto de vista legal. Lucchesi, por su parte, que
había producido Las dos caras de la verdad en los primeros tiempos de su
carrera en Hollywood, estaba interesado en producir otra película sobre
un abogado inteligente, duro e irascible.
En cuanto los productores se hicieron con los derechos de la novela,
se pusieron a buscar al guionista ideal para adaptar el material para
una película. "Aunque tomamos en consideración a varios guionistas
posibles, ya habíamos trabajado con John Romano en una excelente
adaptación de otro libro", comenta Lucchesi. "John posee una gran
reputación y tiene un largo currículum de proyectos cinematográficos y
televisivos en su haber, sabíamos que tenía la sensibilidad adecuada
para trasladar esta historia y a este personaje a la gran pantalla. Nos
entregó un guión increíble, con el que, además, el propio Michael Connelly se sentía muy satisfecho. Cuando cuentas con un autor conocido
como Michael Connelly, quieres, evidentemente, que le guste el producto
que estás creando a partir de su obra original".
Encontrar al director adecuado para trasladar la novela a la gran
pantalla resultó ser un proceso bastante largo y, en última instancia,
fue el propio Matthew
McConaughey quien planteó a los productores la posibilidad
de ofrecer el trabajo al director Brad Furman. Según recuerda
McConaughey: "Después de aceptar la oferta para interpretar a Mick
Haller, emprendimos la búsqueda de un director. Había conocido a Brad
Furman en otro proyecto que tenía en marcha en mi productora y
encajamos". Furman había dirigido anteriormente el largometraje
The take,
sobre el que McConaughey comenta que: "capta maravillosamente Los
Ángeles". El actor agrega: "Brad entiende muy bien el aspecto callejero
de la película. Comprende cómo funciona el sistema legal, así como las
injusticias inherentes a él".
Su presupuesto ascendió a 40
millones de dólares.
El rodaje comenzó el 12 de julio de 2010. Filmada
enteramente en el condado de Los Ángeles a lo largo de 37 días, el uso
de exteriores auténticos en la película resultaba una de las principales
prioridades para los realizadores. Según explica Furman: "Quería captar
lo que considero la otra cara de Los Ángeles. Se trata de un lugar
verdaderamente enorme, habitado por comunidades muy amplias y muy
distintas entre sí. No solo están Hollywood y Beverly Hills o el Valle
de San Fernando, lo que se ve más habitualmente en cine o televisión.
También están Boyle Heights, Lincoln Heights, Echo Park, Lynwood e
Inglewood". Teniendo esto presente, Furman llevó la producción desde
exteriores de postín como el campo de golf Trump de Palos Verdes, con
sus espectaculares vistas panorámicas del océano Pacífico, a los crudos
entornos urbanos de Inglewood, al suroeste de la zona centro de Los
Ángeles. Furman comenta: "Palos Verdes es muy bonito, supone un drástico
contraste con las zonas menos refinadas de la ciudad, como la prisión
del condado de Lynwood, que resultó increíblemente real y a la vez
verdaderamente espantosa. El verdadero atractivo de rodar en Lynwood era
poder mostrar una parte de la ciudad que apenas se ve".