La bomba del liceo

• Dirige Carles Balague (Barcelona, 1949), Licenciado en Derecho y Ciencias de la Información, comenzó su carrera cinematográfica colaborando en revistas como Tele-Exprés o Dirigido por. En 1980 fundó la productora Diafragma, y durante cuatro años presidió el Colegio de Directores de Cine de Cataluña. Desde 1996 programa las salas Meliès, en Barcelona. Ensayista y crítico de cine, ha escrito seis libros, el último de ellos, Las mejores películas del cine negro. Su filmografía se completa con Denver (1980), Viva la Pepa (Mel i Mató) (1981), Adela (1986), El amor es extraño (1988), Las apariencias engañan (1991), Mal de amores (1993), Asunto interno (1995), La casita blanca (2002), De Madrid a la Luna (2006) y Arropiero, el vagabundo de la muerte (2009).
   
• El guión es del propio director, quien señala que "muchas preguntas me hacía sobre un suceso que según los diarios y los historiadores era la obra aislada de un anarquista visionario y contradictorio, seguramente fruto de su época y ubicado en un contexto histórico donde la lucha de clases pasó a tener una dialéctica beligerante con un notable predicamento en Barcelona, y muy distinta al aluvión de doctrinas socialistas que hicieron de Madrid un territorio más propicio a los pactos y componendas, sobre todo en el terreno político. En aquella Barcelona dominada por el Gran Teatro Liceo, donde los cambios sociales no habían transformado el espíritu del espectáculo ni del lugar. Una Barcelona –la de 1893— modernista, culta, con una burguesía preocupada en dejar una huella perenne en la ciudad, en inventar un nuevo estilo arquitectónico próximo a un simbolismo que rompe las simetrías de las formas y es el germen de cierto Modernismo; por momentos casi una necesidad de reinventarse como pujante clase en el poder. Pero que también que hace oídos sordos a cualquier tipo de reivindicación social, con fortunas que tenían sus orígenes en el tráfico de esclavos y trapicheos comerciales de distinta índole y procedencia".
   
• Balague añade que "un suceso reciente vino a cambiar mi percepción de los hechos y admitir que existen aspectos cíclicos que se repiten con el paso del tiempo, quizá de forma menos pasional. Así, el 25 de noviembre de 2005, un grupo de cien personas irrumpen el Gran Teatro del Liceo, antes de la representación de Semiramide, de Gioacchino Rossini –paradójicamente, la bomba de 1893 fue lanzada durante el segundo acto de Guglielmo Tell, de Rossini—, con el objetivo de protestar contra la especulación urbanística que, a su juicio, padece el distrito de Ciutat Vella, en Barcelona. De nuevo en los rostros del público del Liceo afloró la sorpresa y un forzado intento de mantener las formas. La performance acabó sin incidencias y la representación siguió adelante, y lo más importante: “la casa no sufrió desperfecto alguno”, como recogía el diario del conserje, la noche del 7 de noviembre de 1893".
   
• El director de fotografía es Carles Gusi (Eloïse, Celda 211, Nadar, Sexykiller, Las películas de mi padre, La caja Kovak, De Madrid a la Luna, Los nombres de Alicia, Veinte años no es nada, La noche del hermano, De niños, Te doy mis ojos, La vida mancha, El robo más grande jamás contado, La caja 507, Poniente, Lena, Kasbah, El corazón del guerrero, Torrente, el brazo tonto de la ley, Monos como Becky) y la banda sonora está compuesta por Josep Camprubí y Antoni Dalmau.
   
• Está producida por Diafragma.
   
• Distribuye Diafragma.