| Desaparecer no
significa morir; así lo decidió Tom, un niño de 8 años que sólo tiene una
idea en mente, encontrar a su madre que desapareció en un glaciar del Mont-Blanc
hace ya cinco años. Cuando viene a pasar el año
escolar con su abuelo, el pequeño chico de ciudad está listo para mover
montañas. Obstinado, tenaz, curioso e imaginativo,
hará resurgir numerosos secretos de familia, como el glaciar que poco a poco
va descubriendo frente a sus ojos los restos del Malabar Princess, un avión
de Air India que chocó en la cima del Mont-Blanc, hace cincuenta años, antes
de desaparecer en las nieves eternas... |
- Es el primer largo dirigido por
Gilles Legrand, que comenzó como
productor. También ha dirigido las series de televisión
Rue Carnot (1984) y
La vie des autres (1980).
- Está protagonizada
por Jacques Villeret (Los
actores, Un crimen en el paraiso,
La cena de los idiotas, La fortuna de vivir)
para el que se pensó el guión, y el joven
Jules Angelo Bigarnet, seleccionado tras
hacer pruebas a cuatrocientos jóvenes, que es hijo
de un acróbata del circo Zíngaro y
una actriz que le entrenó
durante tres meses.
- Les acompañan en
el reparto Michèle Laroque (Salir
del armario, Mi vida en rosa,
Caiga quien caiga me caso).
- El guión es del
propio director, quien quería elaborar una historia positiva, mezclando
fábula, comedia y suspense. Lo hizo en colaboración con Philippe Vuaillat,
del que es muy cercano. Entonces unieron la historia de Tom a la real del
Malabar Princess.
- Paseando por esos
glaciares, un amigo guía le enseñó al director los restos del avión
Malabar Princess, que se estrelló en el Mont-Blanc el 3 de noviembre
de 1950, y resurgían en los años 90. Cincuenta años más tarde, los restos
empezaron a resurgir, arrojados por los glaciares. Esta historia real
tenía para
Gilles Legrand
algo profundamente novelesco. Este suceso real le ofrecía una materia
formidable para hacer fantasear al niño. Tom está convencido de que su
madre está prisionera en la montaña, al igual que la carlinga del avión.
- El director de fotografía es
Yves Angelo (Clandestino, Germinal)
y se filmó con una
steadycam permanentemente (esto facilita mucho el rodaje en la montaña) y
la utilización de la cámara HD sistemáticamente por la noche y en ciertos
interiores (grieta, sueño del niño), que permite una formidable calidad de
imagen con un material relativamente reducido, por lo menos para la luz.
- Al rodar en escenarios naturales se
tuvo que cavar una grieta. Los glaciares no
paran de recular y son difícilmente accesibles. En el Mar de Hielo, cada
año se perfora una galería para los turistas. Se utilizó
la galería del año anterior y se solicitó al
glaciólogo Luc Moreau si podía cavar una grieta “a medida”.
Partiendo de la superficie del glaciar, alcanzó la galería, situada
veinte metros más abajo, y por la que se accedía a
los decorados. Se empezó cavando un agujero de un
centímetro de diámetro, con una especie de “Kärcher” alimentado por agua
caliente, y se fue agrandando progresivamente,
hasta que pudiera bajar un hombre. Con sus asistentes, luego esculpió el
hielo con agua caliente, y luego dejó actuar a la naturaleza durante un
mes y medio. En mayo, la nieve empezó a fundirse. Cuando hacía demasiado
calor, recubría la grieta con toldos. El resto del tiempo, la dejaba
abierta para que se fundiera progresivamente.
- Está producida por
Epithète Films.
- Se rodó entre marzo y julio de
2003 en decorados naturales, incluidos los interiores.
- Distribuye
Festival Films.
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