TRABAJOS DE AMOR PERDIDOS


	Trabajos de amor perdidos
		Año	2000
		País	USA-Reino Unido
		Estreno	07-04-2000
		Género	Musical
		Duración	93 m.
ZINEMA.COM		T. original	Love's labour's love
		Dirección	Kenneth Branagh
		Intérpretes	Kenneth Branagh (Berowne)
			Richard Bries (Nathaniel)
			Nathan Lane (Costard)
			Matthew Lillard (Longaville)
			Natascha McElhone (Rosaline)
			Geraldine McEwan (Holofernia)
		Guión	Kenneth Branagh
		Fotografía	Alex Thomson
		Música	Patrick Doyle
		Montaje	Neil Farrell
			Dan Farrell
Sinopsis
El Rey de Navarra y sus tres camaradas realizan el solemne y público juramento de estudiar juntos y renunciar a las mujeres durante tres años. Su honor es inmediatamente puesto a prueba con la llegada de la Princesa de Francia y de sus tres adorables acompañantes. El encuentro supone un flechazo para todos ellos, que será seguido por los divertidos (aunque inútiles) esfuerzos de los cuatros caballeros por esconder sus sentimientos.

Referencias
Nueva adaptación de una obra de William Shakespeare realizada por Kenneth Branagh, y en versión musical, tras Henry V, Mucho ruido y pocas nueces y Hamlet. En los últimos tiempos ha prevalecido su trayectoria como actor con películas como Celebrity, Wild, wild west, Promesas incumplidas o Extraña petición. Además de Branagh también está protagonizada por Matthew Lillard (Scream, Alguien como tú); Adrian Lester (Primary colors) y Nathan Lane (Un ratoncito duro de roer) y Alicia Silverstone (Batman y Robin, Buscando a Eva). El director vuelve a colaborar con su compositor habitual Patrick Doyle y el director de fotografía Alex Thomson. La banda sonora incluye temas clásicos de George Gershwin, Irving Berlin, Cole Porter o Jerome Kern, todos ellos interpretados por los propios actores.
Microcrítica
Kenneth Branagh ha encontrado en William Shakespeare su fuente de inspiración cinematográfica y ha llevado a la pantalla con bastante fortuna algunas de sus obras. Las más conocidas, como Henry V y Hamlet, han sido trasladadas de forma respetuosa con el original teatral. Con las menos conocidas, como Mucho ruido y pocas nueces o la que ahora presenta, Trabajos de amor perdidos, ha optado por la experimentación. Si en la primera trató crear un musical al uso consiguiendo una alegre producción sin demasiada trascendencia, en la segunda apuesta transgredir las reglas del genero conformando un trabajo más delirante. No es la primera vez que se utiliza música popular para que exprese los sentimientos de los personajes provocando una drástica ruptura con el relato. No hace mucho se ha podido ver la estupenda On connait la chanson o, más recientemente, una escena de Magnolia hacía cantar a sus protagonistas al unísono. Aunque en este caso, Brannagh, sobre todo, rinde tributo al cine musical norteamericano. La manera informal de abordar los números musicales resulta encantadora. Coreografías que se inspiran en Busby Berkeley son ingenuamente imitadas consiguiendo un espectáculo carente de la artificiosidad que impregna la puesta en escena de la película. El color, como no podía ser de otra manera, desempeña un papel determinante y está vinculado a cada uno de los personajes, los cuales son tan atípicos como capaces de proporcionar a la película su toque distintivo. Tan sólo la presencia del propio Brannagh interpretando a uno de ellos resulta algo ridícula debido a que, por mucho que lo pretenda, difícilmente puede pasar por uno de los jovencitos estudiantes. En la parte femenina, la rolliza Alicia Silverstone, consigue hacer olvidar la labor perpetrada en las demás películas que conforman su filmografía. La acción transcurre en un Reino de Navarra idealizado en el que se vive bajo la amenaza de una guerra inminente. Una agradable recreación de los noticiarios de la época se hace eco de los acontecimientos que se están produciendo y con ello se acentúan las distancias respecto a la obra de Shakespeare. En todo caso, se advierte la admiración y el respeto de Brannagh por la obra del dramaturgo inglés convirtiéndola en un espectáculo de dimensiones nada megalómanas, pero original y vitalista. N.A.