SLEEPY HOLOW - ZINEMA


	Sleepy Hollow
		Año	1999
		País	USA
		Estreno	21-01-2000
		Género	Terror
		Duración	102 m.
ZINEMA.COM		T. original	Sleepy Hollow
		Dirección	Tim Burton
		Intérpretes	Johnny Depp (Ichabod Crane)
			Christina Ricci (Katrina Van Tassel)
			Miranda Richardson (Lady Van Tassel/Crone)
			Michael Gambon (Baltus Van Brunt)
			Jeffrey Jones (Reverendo Steenwyck)
		Guión	Andrew Kevin Walker
		Fotografía	Emmanuel Lubezki
		Música	Danny Elfman
		Montaje	Chris Lebenzon
Sinopsis
Durante la Guerra de Secesión americana, un policía de Nueva York que utiliza avanzados métodos de investigación es enviado al pueblo de Sleepy Hollow para descubrir qué hay de verdad en la leyenda de un jinete sin cabeza que aterroriza a los habitantes del lugar. Una vez allí adopta la identidad de un profesor de escuela y se enamora de Katrina, que a su vez mantiene relaciones con uno de los hombres más conocidos del pueblo. Realidad y ficción se darán la mano en el momento menos pensado.

Referencias
Retorno al cine de Tim Burton tras Mars attacks. Otros trabajos suyos son Batman, Eduardo manostijeras, Batman vuelve o Ed Wood. Realizó esta película después de desechar la realización de Superman reborn. En la actualidad prepara un remake de la película de Roger Corman, El hombre con rayos X en los ojos. *Se basa en el relato clásico de Washington Irving, La leyenda de Sleepy Hollow* publicada en 1820. Está protagonizada por Johnny Depp, quien colabora con Tim Burton por tercera vez después de Eduardo Manostijeras y Ed Wood.** También intervienen Christina Ricci (Lo opuesto al sexo), Miranda Richardson (Camino al cielo), Casper Van Dien (Starship troopers), el veterano Christopher Lee y la compañera sentimental del director, Lisa Marie (Ed Wood, Mars attacks). Asimismo, aunque no figuran en los créditos, también intervienen Christopher Walken (como Hessian Horseman) y Martin Landau (como Van Garrett). Francis Ford Coppola es uno de los productores ejecutivos de la película. *El guionista es Andrew Kevin Walker (Seven, Asesinato en 8 mm).* La película se rodó en los estudios Leavesden, de Inglaterra. Los efectos especiales han sido realizados por Industrial light and magic. Para las escenas del jinete sin cabeza se cubrió al protagonista con una caperuza azul que se hizo transparente gracias a los efectos digitales. *El director de fotografía es Emmanuel Lubezki (Como agua para chocolate, Grandes esperanzas).* La banda sonora ha sido escrita por el compositor habitual de Burton, Danny Elfman.
Crítica
El estilo visual de Tim Burton es tan peculiar y acusado que resulta difícil no descubrir su sello personal en aquellas producciones en las que interviene. Tanto la escenografía como los peculiares personajes que diseña son una constante en su filmografía desde sus primeros cortometrajes. Ahora, con la adaptación a la pantalla de La leyenda de Sleepy Hollow, escrita por Washington Irving en 1799 y que ha sido llevada al cine en numerosas ocasiones desde 1912, encuentra el caldo de cultivo ideal para introducir elementos pertenecientes a su particular iconografía, que afectan tanto al argumento como al tratamiento de los principales protagonistas. Si por algo destaca especialmente esta película es por una exquisita ambientación que consigue introducir al espectador en el Nueva York de 1799, primeramente, y en un pequeño pueblo asolado por el terror de un jinete sin cabeza a continuación. Rodeado de un bosque conformado por retorcidos árboles de hojas caídas, el poblado está siempre cubierto por una espesa niebla que sólo desaparecerá al final, cuando se liberé de la maldición que le asola. Es allí a donde llega Ichabod Crane, un médico que se dedica a practicar autopsias con un ingenioso instrumental creado por él mismo, y al que un juez, interpretado por un excepcional Christopher Lee (¿por qué este hombre no hace más películas?), le encarga la misión de investigar los misteriosos degollamientos que se están produciendo en el lugar. Burton, como es habitual, está más interesado por la apariencia visual de la película que por construir un sólido producto cinematográfico. El irritante recurso al sarcasmo en determinadas escenas da la sensación de que pretende simular el efecto de sorna que provoca actualmente la revisión de algunos clásicos del género. Sutil homenaje a productoras como la Hammer o a películas de serie B americanas que se torna más explícito, y menos logrado, con la transformación de Christina Ricci, que interpreta a Katrina, en una despampanante rubia platino, o con la sobreactuación de Johnny Depp que, lejos de recordar a las ingenuas interpretaciones de algunos malos actores de los años cincuenta, resulta más bien patética. Estos detalles contrastan con escenas magistralmente construidas en las que Burton se desenvuelve con mayor soltura y eficacia. El ataque del jinete sin cabeza a la familia del guardián no sólo resalta por su dramatismo con el resto de la película, sino que está espléndidamente construido. Otro tanto puede decirse de la escena inicial con Martin Landau o el momento en el que el jinete pierde la cabeza en una idílica escena de cuento de hadas. A esto hay que añadir, aunque se diluyen en la película, los flash-back en los que el protagonista recuerda la figura de su madre, los cuales constituyen una unidad en sí mismos más que destacable y que ayudan a entender un personaje obsesionado por la figura de su madre, una mujer que guarda un estrecho paralelismo con el personaje de Katrina. La depurada técnica artesanal de Tim Burton no compagina demasiado bien con los efectos digitales y, cuando recurre a ellos, en momentos como cuando el jinete se adentra en el árbol o en la escena final, el conjunto sale muy desfavorecido. Por el contrario, hay que destacar la excelente labor realizada en el montaje y que alcanza su máxima expresión en las escenas de los degollamientos, los cuales consiguen el efecto deseado gracias a dicha labor. Aunque la película resulta algo irregular, no cabe duda de que Tim Burton es uno de los más interesantes creadores del panorama cinematográfico actual y su obra siempre es una agradable propuesta que merece la pena tener en cuenta. N.A.