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RKO 281

Año 1999
País USA
Estreno 07-04-2000
Género Drama
Duración 90 m.
ZINEMA.COM T. original RKO 281
  Dirección Benjamon Ross
  Intérpretes Liev Schreiber (Orson Welles)
   James Cromwell (William Randolph Hearts)
  Melanie Griffith (Marion Davies)
  John Malkovich (Herman Mankiewicz)
  Brenda Blethyn (Louella Parsons)
   Guión John Logan
Fotografía Mike Southon
Música John Altman
Montaje Alex Mackie
Sinopsis
Con tan sólo 24 años, Orson Welles, famoso por haber realizado un programa radiofónico que provocó el pánico entre cientos de oyentes que se creyeron que el país estaba siendo invadido por extraterrestres, inicia el rodaje de su primera película, Ciudadano Kane, la cual se inspira en la vida del magnate de la prensa William Randolph Hearst, quien hará todo lo posible para intentar que el proyecto no salga adelante.
    
Referencias
Crítica
A Hollywood siempre le ha gustado nutrirse de sus propias historias y la gestación de la película dirigida por Orson Welles, Ciudadano Kane, resultaba toda una tentación. Otro caso reciente ha sido el de Dioses y monstruos, de Bill Condon, donde se relatan los últimos años de vida del cineasta James Whale, el creador de Frankenstein. La producción RKO 281 está dirigida por Benjamin Ross y cuenta con el respaldo de los hermanos Scott, Ridley y Tony lo que, en un principio, a pesar de tratarse de una película para la televisión predispone hacia un resultado final más cuidado. Las expectativas no se reafirman del todo pero la dignidad del trabajo queda demostrada.

La película arranca con las imágenes de un noticiario similar al de las escenas iniciales de Ciudadano Kane. En este caso, en lugar de relatar la vida de Charles Foster Kane se centra en la del propio Orson Welles, desde su infancia hasta el momento justo en el que se dispone a rodar la mítica película. Liev Schreiber, el actor que encarna a Welles, además de guardar un cierto parecido físico con el actor y director, se encarga de realizar un buen trabajo que se apoya en la labor interpretativa de John Malkovich, como el guionista Herman Mankiewicz; James Cromwell, el mejor de todos como un William Randolph Hearts con que el que guarda gran parecido y Melanie Griffith, que interpreta a una Marion Davies en un papel a su medida. Mención especial merece Brenda Blethyn encarnando a la temible chismosa Louella Parsons.

El problema de este tipo de biografías, al contrario de lo que sucedía, por volver a citar un ejemplo reciente, en Dioses y monstruos, es que la película se limita a escenificar una serie de acontecimientos surgidos del anecdotario y de la leyenda sin el menor intento de profundizar en las motivaciones o la personalidad de los personajes. Una crónica fría y distante por la que desfila en Hollywood de los años cuarenta enmarcado en una cuidada ambientación pero que carece de la pasión mitómana que suele requerir este tipo de producciones. En todo caso, se trata de una aportación más a la idealización de un Hollywood clásico cada vez más distante y magnificado.

N.A.